Ayer sentí desbordar el manantial de mis emociones, cuando descubrí tu presencia, la que perturbó mi paz interior.
Reconozco que tímidamente te miré y no atiné qué palabras decir; mas sin embargo, te veo y te siento como una estrella fugaz, pero disfruto a la vez del placer que advertí al descubrir que mi corazón reaccionó con la sutileza y aroma que toda mujer lleva prendida en la piel.
(12/06/09)
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