28 de septiembre de 2006

No he vivido en vano...

El dolor me atrapó en sus garras y anduve “muerta en vida” por cuatro días... no había brillo en mis ojos, las ilusiones se extinguieron, sentía que todo estaba perdido, que todo se me había ido... no había razón para vivir.

El llanto y sufrimiento era el alimento de esos días, ni pan ni agua ingería, mis pensamientos dieron la vuelta al mundo tratando de encontrar explicación a lo sucedido... el sueño me era esquivo, no habían palabras de consuelo que me ayudaran.

Sentía que el aliento de vida se me escapaba... ni la fe, acompañada de oraciones me eran suficientes para hacerme sumergir del abismo... cuando creía que sólo me quedaba esperar a que el dolor me inhumara, surgió el milagro de la vida... quien crea que todo esta perdido y que no hay alivio para las penas ¡se ha equivocado!.

Dentro de ese mundo de tinieblas que viví, dos rayitos de luz penetraron en mi interior... recordé entonces el milagro de la creación que a través de mi se hizo carne... dos rostros angelicales que me hicieron comprender que no todo estaba perdido y que sin pensarlo me devolvieron lo que un día les di... la VIDA.

Y resucité al cuarto día... como un nuevo ser, valiente, sin temor, optimista, intrépido, luchador... “mis bendiciones de Dios” hicieron que mis alas se elevaran hasta sumergir a las alturas y ya en señorial vuelo contemplé el féretro que habité... y el viento me llevaba el hircismo que había a su alrededor.

Me enseñaron que sobre la base de los sufrimientos podía construir la paz de mi interior.. me hicieron comprender que la fe y la esperanza tienen cabida en el corazón que cree profundamente en el amor de Dios y del prójimo.

Cuando se experimenta una desilusión sentimental no queda más que asimilar lo ocurrido y empezar de nuevo, buscando siempre el lado bueno de las moralejas que la vida nos da.

Siempre existirá la gracia y poder divino de quienes nos aman, en especial de Dios, que nos ayudarán a sumergir del fondo... cuando hayamos asimilado lo que nos toque vivir y cuando aprendemos a transformar las experiencias en palabras y éstas ayudan a los demás, entonces podemos decir ¡NO HE VIVIDO EN VANO

(21 Noviembre 2000)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando es el momento para decir "no he vivido en vano...."? tal vez cuando te salvas de la muerte? tal vez cuando mueres? en que momento estamos seguros de poder decir eso, si todavia hay mas por escribir despues de la muerte?

Anónimo dijo...

Me encanto esta muy lindo